UD4: ECONOMIA Y SOCIEDAD MEDIEVAL: DEL FEUDO AL BURGO (MAPAS, VIDEOS Y TEXTOS)

 

               Origen del feudalismo

                                                            

La principal característica del feudalismo es que dividía a la población en dos grandes grupos sociales: señores y vasallos. Estas categorías, que se adquirían casi exclusivamente por nacimiento, determinaba todos los ámbitos de la vida.

La palabra feudalismo tiene su origen en el término feudo. Un feudo no era más que el territorio que los nobles recibían de los reyes, como pago por sus servicios, durante la Edad Media. Por tanto, esta práctica puede señalarse como una de las bases sobre las que se configuraría el feudalismo.

El origen del feudalismo se sitúa en el momento en que se desintegró el Imperio carolingio en el siglo IX. En tal situación, los monarcas comenzaron a tener serias dificultades para defender sus posesiones. Ello condujo a que los reyes que reinaron tras la caída del Imperio carolingio se viesen obligados a buscar el apoyo de nobles, especialmente condes y marqueses, a cambio de ceder parte del poder regio, así como tierras en los que tendrían un poder casi absoluto: los feudos.

La economía feudal se desarrolló entre el siglo X y el siglo XI en Europa occidental.





























En los feudos convivían los señores feudales o amos que era los propietarios de la tierra y los siervos o esclavos. Los siervos eran propiedad del señor feudal y por eso el señor feudal podía disponer del trabajo y de los bienes del siervo.

                     Tipos de siervos

                                              Los siervos eran de dos tipos:

  • Siervos ministeriales: Eran mantenidos en las casas de sus amos y se dedicaban a realizar labores domésticas.
  • Siervos de la gleba: Estos siervos se dedicaban a realizar labores agrarias, su mantenimiento no dependía de sus amos. Poseían una vivienda, vivían de lo que producían con su trabajo e incluso podía intercambiar parte de sus cosechas.

    Relación de los señores feudales y los                                      siervos

En efecto, como los siervos vivían en las tierras del señor feudal, este los protegía y les brindaba seguridad, sobre todo cuando había guerras.

Eso hacia que los siervos tuvieran ciertas responsabilidades con su amo, como las siguientes:


  • Las corveas: Los siervos se veían obligados a trabajar cierta cantidad de días en la tierra del señor feudal.
  • La banalidad: Era una tasa obligada que tenían que pagar los siervos para poder usar los puentes, los hornos, el molino y la prensa que pertenecían al señor feudal, como propietario del feudo y de todo lo que hubiera dentro de él.
  • El censo: Era una contribución que recibía el amo, consistente en un conjunto de productos agrícolas y animales o bien una suma de dinero. Esto se entregaba a cambio de la protección que les daba el amo.
  • La talla: La talla era una cantidad de dinero que se tenía que entregar al señor feudal, cada vez que este lo requiriera.

De la misma forma, la talla y la banalidad fueron considerados como impuestos, además fueron las contribuciones que más problemas generaron. Especialmente la talla porque sólo dependía de la voluntad del señor feudal y no de una ley que la justifica.

Claro que, la banalidad también era rechazada porque se daba como una situación de monopolio donde los siervos se veían obligados a usar el molino para triturar sus granos, el horno para hacer su pan y la prensa para hacer su vino. En este caso usaban el molino, el horno y la prensa que eran propiedad del señor feudal.

Tipos De Siervos Economía Feudal























































Texto histórico sobre los tres ordenes sociales de Adalberón de Laón


“El orden eclesiástico no compone sino un solo cuerpo. En cambio la sociedad está dividida en tres ordenes. Aparte del ya citado, la ley reconoce otras dos condiciones: el noble y el siervo, que no se rigen por la misma ley.
Los nobles son los guerreros, los protectores de las iglesias. Defienden a todo el pueblo, a los grandes lo mismo que a los pequeños y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos. La otra clase es la de los siervos. Esta raza de desgraciados no posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son suministrados a todos por ellos, pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos. Así pues, la ciudad de Dios, que es tenida como una, en realidad es triple. Unos rezan, otros luchan y otros trabajan. Los tres ordenes viven juntos y no sufrirían una separación. Los servicios de cada uno de estos ordenes permiten los trabajos de los otros dos. Y cada uno a su vez presta apoyo a los demás. Mientras esta ley ha estado en vigor el mundo ha estado en paz”.

Del monje Adalberón en su obra Carmen ad Robertum regem francorum, año 998.




















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