UD.2: LA HISPANIA VISIGODA INVADIDA POR LOS MUSULMANES (MAPAS, VIDEOS Y TEXTOS)
LA HISPANIA VISIGODA PREVIA A LA INVASIÓN MUSULMANA
«Infundió Dios el terror en los corazones de los cristianos cuando vieron que Tarik se internaba en el país, habiendo creído que haría lo mismo que Tarif, y huyendo hacia Toledo se encerraron en las ciudades de España. Entonces Julián se acercó a Tarik y le dijo. «Ya has concluido con España: divide ahora tu ejército, al cual servirán de guías estos compañeros míos, y marcha tú hacia Toledo». Dividió, en efecto, su ejército desde Écija y envió a Moguits Ar-Romí, liberto […] a Córdoba, […] con 700 caballeros […]. Mandó otro destacamento a Rayya, otro a Granada, capital de Elvira, y se dirigió él hacia Toledo con el grueso de las tropas.
Moguits caminó hasta llegar a Córdoba y acampó en la alquería de Xecunda, en un bosque de alerces que había entre las alquerías de Xecunda y Tarçail. Desde aquí mandó algunos de sus adalides, quienes cogieron y llevaron a su presencia un pastor que andaba apacentando su ganado en el bosque. Pidiole Moguits noticias de Córdoba, y dijo que la gente principal había marchado a Toledo, dejando en la ciudad al gobernador con 400 defensores y la gente de poca importancia. Después le preguntó por la fortaleza de sus murallas, a lo que contestó que eran bastante fuertes, pero que sobre la puerta de la Estatua, que es la del puente, había una hendidura, que les descubrió. Llegada la noche, se acercó Moguits y favoreciendo Dios su empresa con un fuerte aguacero, mezclado con granizo, pudo con la oscuridad aproximarse al río, cuando los centinelas habían descuidado la guardia por temor al frío y a la lluvia […].
Montó Moguits a caballo y se colocó delante de la puerta de la Estatua, por la parte de afuera, después de haber dado orden a los que habían entrado de que sorprendiesen la guardia de esta puerta, que es hoy la del puente: en aquel tiempo estaba destruido y no había puente ninguno en Córdoba […]. Ocupó Moguits el palacio de Córdoba, y al siguiente día salió y cercó al cristiano en la iglesia, escribiendo a Tarik la nueva conquista.
Fueron después a Todmir, cuyo verdadero nombre era Orihuela, y se llamaba Todmir del nombre de su señor, el cual salió al encuentro de los musulmanes con un ejército numeroso, que combatió flojamente, siendo derrotado en campo raso, donde los musulmanes hicieron una matanza tal, que casi los exterminaron. Los pocos que pudieron escapar huyeron a Orihuela, donde no tenían gente de armas ni medio de defensa; más su jefe Todmir, que era hombre experto y de mucho ingenio, al ver que no era posible la resistencia con las pocas tropas que tenía, ordenó que las mujeres dejasen sueltos sus cabellos, les dio cañas y las colocó sobre la muralla de tal forma que pareciesen un ejército, hasta que él ajustase las paces. Salió en seguida a guisa de parlamentario, pidiendo la paz, que le fue otorgada […]. Después de haber puesto en noticia de Tarik las conquistas alcanzadas y de haber dejado allí algunas tropas […] marchó el grueso del destacamento hacia Toledo para reunirse con Tarik.
Ajbar Machmua (Crónica bereber anónima del siglo XI)
Capitulación entre el Emir Abd al-Aziz y Teodomiro,
“En el nombre de Dios, clemente y misericordioso. Escritura de Abd al-Aziz a Tudmir, en virtud de la cual queda convenido y se le jura y promete por Dios y su Profeta que: tanto a él como a cualquiera de los suyos se les dejará en el mismo estado en que se encuentren respecto al dominio libre de sus bienes: no serán matados ni reducidos a esclavitud, ni separados de sus hijos o de sus mujeres, se les permitirá el culto de su religión y no serán incendiadas sus iglesias ni privadas de sus propiedades. Todo ello siempre que observe y cumpla fielmente todo lo que pactamos con él: que librará por capitulación las ciudades de Orihuela, Villena, Mula, Alicante y Lorca; que no dará hospitalidad a los que huyan de nosotros, ni a los que nos sean hostiles, ni molestará a los que nos sean fieles o estén bajo nuestra protección, ni nos ocultará las noticias que tenga de nuestros enemigos; y que él y los suyos pagarán cada año un denario, cuatro admuds de trigo, cuatro de cebada, cuatro de vino, cuatro de vinagre, dos de miel y dos de aceite”.
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